La búsqueda de la ética informativa
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Pariente de un recluso de la prisión El Rodeo II reza tras los últimos hechos de violencia en Caracas (AFP). |
En el artículo “La
ética informativa, ausente” Ernesto
Villanueva profesor del Programa Iberoamericano de Derecho de la Información de
la Universidad Iberoamericana, en México D.F., da su opinión de cómo el
tratamiento periodístico necesita para informar, de un mayor sostén ético.
De este modo, rescata puntos básicos en los que se puede
estar totalmente de acuerdo, pero en caso de la realidad comunicacional
venezolana mis breves comentarios acentuarán su mirada en ciertos aspectos, que
no son netamente la ausencia de ética. De todos modos, el objetivo de evitar la espectacularización
para hacer medios éticos y oportunos al mismo tiempo es algo que debe buscarse
siempre.
La primera reflexión del autor (A) es “no se debe optar por el silencio informativo”, esto es algo de
especial significación para Venezuela luego de que un canal de televisión
informativo Globovisión fuera multado por el gobierno nacional por cubrir los
alzamientos carcelarios de los retenes del Rodeo I y II en el 2011. La causa de
la multa fue por provocar, con la información, “zozobra” en la teleaudiencia. Pero como
respondería Villanueva:
“La ausencia de
información, en lugar de generar tranquilidad, hace nacer el rumor, las
noticias no confirmadas y, a final de cuentas, el efecto es contraproducente en
el público, que termina desinformado, si bien por excepción, cuando hay vidas
humanas en peligro, el silencio se convierte en un mal necesario para los
medios que debe ponderarse en su justa dimensión”.
En los sucesos del Rodeo, la vida de los reos estaba en
juego dentro del penal. Además, la
sociedad necesitaba tener información (sobre todo con el silencio de los medios
públicos). También el medio buscó en lo posible (como expone la preocupación B
del articulo) decir las fuentes de sus informaciones, a pesar de haber sido
escasas por causa del silencio de las autoridades sobre los acontecimientos.
Con respecto a ese canal, y las demás reflexiones del
artículo, entra algo más a tomar en consideración, y esto es lo que muchos
teóricos de la comunicación recomiendan, como un factor sincerador, que los
medios tengan sus propias líneas de opinión, su propia perspectiva para no
engañar con la falsa concepción de objetividad. Ahora en el punto del
tratamiento de las informaciones relativas a hechos como el de ese recinto
carcelario, o el terrorismo (paradigma
tomado por el autor), creo que sí es acertado y oportuno aplicar especialmente
las reflexiones C y D. En la C “los
medios de comunicación no deben convertirse en rehenes de los terroristas y
deben abdicar de presentarse asépticamente” y en la D “los medios no deben explotar las debilidades orgánicas de la mayor
parte de la sociedad para satisfacer sus intereses mercantiles” así que no
pueden explotar el morbo sobre todo en algo en lo que hay muchos factores de
afectación humana.
Conforme lo anterior entraría la reflexión E en la cual los
medios deben respetar el derecho a la propia imagen de actores, familiares,
rehenes y testigos de hechos como los ejemplarizados. Pero agregaría la
aclaratoria de que cada uno de estos actores se muestran por si solos con
arreglos, o no, de su parte. Es decir, el cómo se presenten es asunto de ellos,
el medio sólo debe mediar, pero no podemos olvidar que todo será una
interpretación de la realidad con sus propias particularidades.
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