El liberalismo olvidado de Juan Germán Roscio y su clave
![]() |
Por Andrés Segovia | @ReporteroAndres |
andrulenon@hotmail.com
Resulta difícil comprender como un país de
corta historia acumula tanto olvido. Algo expuesto en la ligera publicación de
constituciones o invención de “repúblicas” que no fueron tales; sin embargo, relatos
contemporáneos cuasimíticos parecen reemplazan cual cómodo resumen la
complejidad y los marasmos de lo que han sido numerosas asonadas. La completa
carencia de institucionalidad barnizada con aspiraciones de mayorías
oclocráticas. Pero no importa cuántas veces aparezca algún “experto” analizando
Venezuela con pretenciosas terminologías como “tradición constitucional” o “republicana”,
para un oído agudo ellos siempre suenan más sospechosos que optimistas.
Atrás, desplazado de la que pudo haber sido su
historia, quedó quien pensó construir con la Primera República (1810-1812) una
nación para la libertad. Fue Juan Germán Roscio Nieves, un prócer civil y, por
ende, sin casi monumentos. En lugar de ellos, él se encargó de legar un texto
filosófico, testimonial y que en algunos pasajes puede llegar a sonar incluso
expiatorio, inspirado en Agustín de Hipona y como lo adelanta su título: El
triunfo de la libertad sobre el despotismo, en la confesión de un pecador
arrepentido de sus errores políticos, y dedicado a desagraviar en esta parte á
la religión ofendida con el sistema de la tiranía (1817).
Ante la falta de libros que saciaran ese vacío
argumentativo que sentía en sí, desarrolló con fundamento su concepción del
Estado en esta obra que cumple ya unos 202 años. Para el bicentenario, muy merecidamente
el politólogo Pedro Urruchurtu publicó en su honor Libertad y República en la obra de Juan German Roscio (2018) un
ensayo sumamente útil para entender
sin mayores vericuetos donde se cimentaban las bases de la nación que pudo –y
puede- ser.
“Si la nación se sujeta la voluntad del mandatario
deja de ser soberana”, aseveraba el ideólogo. Más que ser premonitorias sus
reflexiones preclaras, estas brindan varios indicios de permanecer –por gracia
y desgracia para la civilidad- vigentes.
Lejos de ser un presuntuoso apologista de una
nación que no existía, tal escritor de panegíricos, él era un estudioso de la
política que no dudada en asegurar que hechos como la usurpación y la tiranía
no eran un simple hecho de unos pocos individuos, sino el producto de una
sociedad donde se corrompe una multitud.
Hasta en esos casos son ellas las que en primer lugar ceden parte de su poder,
es decir, la legitimidad parte de la ciudadanía.
La selección de Urruchurtu en la obra de Roscio
resalta su clara noción de los sistemas políticos y de la importancia de la
organización dentro de estos. Algo al tono del pensamiento de la época – y que
aún muchos no parecen asimilar-.
Tendencia que mostraba estar tan al tono de la
literatura vanguardista, como lo resalta su uso del término multitud, el fantasmagórico
precedente de las actuales masas o públicos, que a lo largo del siglo XIX sería precursor
de análisis psicológicos apalancados por las revoluciones y que ya mostraba
relación con Gustave Le Bon y su influyente Les
Psychologie des Foules (1895). Un trabajo que partió de la fascinación por
el ascenso de las clases populares y que desarrolló, lo que su propio autor bautizó
como: La ley de la unidad mental de las multitudes. Ya dejada atrás, pero
sugerente en sus conceptos posteriormente mejor desarrollados, esta
identificaba, de acuerdo con Vincent Price (2014), tres causas básicas y
definitorias de la conducta de la multitud: el anonimato, el contagio de
acciones o imitación espontánea y “el desvanecimiento de la personalidad
consciente” en la sugestión. Esta hipótesis aglutinó las nociones entorno a esa
palabra lo largo de aquel siglo y sustenta la previsible animadversión del venezolano
las tiranías mayoritarias.
Otro indicio de la sinfonía universal de Roscio
fue su enfoque altamente inspirado en la revolución
estadounidense. Hasta el grado de suscribir su concepción de libertad del ciudadano expresada
en un gobierno limitado por un sistema estatal de tres poderes (no cinco, ni
seis) en favor del check and balances.
Soportado en una fuente del derecho muy diferente de la vigente raíz latina, libresca
y positivista; él asumió el modelo anglosajón iusnaturalista del Common law. Ley como
expresión de la voluntad general o los acuerdos comunes de convivencia.
En un marco así el tirano desaparece y el temor
de la población recae en la ley, aquella a la cual deben sus obediencias. Una
que ha de identificarse como activa cuando
los gobernantes o magistrados administran sobre la sociedad y una pasiva que es aquella pactada por los ciudadanos
en las normas. Además, aleccionaba de lo dañina que podía ser una obediencia
ciega, expresión no cívica de las multitudes, “resultado de una conciencia
ciega” que no discierne entre lo bueno y malo y que “abraza lo que se le
propone”.
Sucintamente, el punto de arranque para la
descomposición de una sociedad libre sería la conciencia ciega como causa de
preocupación que conclusivamente “pervierte la razón”, dejando abiertas las
puertas a la aceptación de la usurpación.
Partiendo de esto el prócer civil legitima la insurrección como un deber del pueblo
soberano para “aplicar justicia”. En los primeros capítulos de su segundo
libro, Roscio se dedica al desarrollo del concepto de soberanía para así
justificar su deslinde de las monarquías. Desde una perspectiva cristiana llega
a señalar a los reyes como “vicarios del demonio”, definiéndolos a todos como usurpadores,
presenta como real a la soberanía de la población en su carácter de ciudadanos.
Estos postulados los sostuvo en la Biblia buscando
hasta el rebusque relatos que justificasen la insurrección contra la tiranía: “estaba
muy lexos de pensar, que faltasen
defensores de la libertad, fundados en la autoridad de los libros religiosos”, justificó.
Su enfoque cristiano incluso ahora puede resultar disruptivo, cuando predicadores
aún exhiben mayormente relatos sobre autoridades absolutas; mas no ejemplos de republicanismo
o ciudadanos empoderados como hizo él.
Me dediqué al estudio
de la Vulgata, no en los ingestos y dolorosos comentarios que me llenaron el
tiempo, (...) sino como debieron estudiarla los autores de ellos, y como
estudia quien no está consagrado en cuerpo y alma al servicio de la tiranía....
no creia, que (...) pudiese dar con una ley del nuevo y viejo testamento que
favoreciese la opresión. Para esta buen a fé me bastaba saber, que los pueblos
cristianos y no cristianos habían usado muchas veces del derecho que ahora en
el gobierno español se tenía y predicaba como crimen de impiedad, é irreligión.
Anecdóticamente cabe recordar que aquella breve
Constitución de los Estado Unidos de Venezuela,
aunque inspirada en la Common law
(surgida en la diversidad protestante), mantuvo como religión oficial al
catolicismo -pragmatismo aceptable desde su cosmovisión-, algo que podría sobrecoger al mismísimo John Lock (Fernández y
Soto, 2012) quien consideraba que no se podía construir una sociedad libre con
católicos subordinados a la majestad del Papa de Roma (ni con ateos desordenando
con sus cuestionamientos).
Mientras él consideraba que los monarquistas sacaban
de los textos sagrados “sofismas con que defender y propagar la ilusión”, su
condena es airada también contra el adulador, un agente que se puede
interpretar como absolutamente contrario a lo político, porque podemos notar
con facilidad su plasticidad o falta de criterio. Así que, en términos superlativos,
el cometido clave a resaltar por Roscio para el levantamiento de su idea de nación
libre fue que la sabiduría debe ser la virtud general.
Referencia:
Fernández, J. y Soto, J. (2012) Historia de la
Filosofía Moderna. Eunsa, Pamplona.
Le Bon G. (1895/2004) Psicología de las masas.
Estudio sobre la psicología de las multitudes. Ser y actuar. Buenos Aires.
Disponible:
https://seryactuar.files.wordpress.com/2012/12/psicologc3ada-de-las-masas-gustave-le-bon-1895-pdf.pdf
Price, V. (1994). Opinión Pública, esfera
pública y comunicación. Paidós.
Roscio, J. (1817). El triunfo de la libertad
sobre el despotismo, en la confesión de un pecador arrepentido de sus errores
políticos, y dedicado a desagraviar en esta parte á la religión ofendida con el
sistema de la tiranía. Imprenta de Thomas Palmer, Filadelfia.
Urruchurtu, P. (2018) Libertad y República en
la obra de Juan German Roscio. Fundación Cedice. Disponible: http://libreriacedice.org.ve/portfolio-items/libertad-y-republica-en-la-obra-de-juan-german-roscio/
0 comentarios: