El liberalismo olvidado de Juan Germán Roscio y su clave


Retrato en Palacio Federal. Autor: Pablo Wenceslao Hernández Zurita (1913).

Por Andrés Segovia | @ReporteroAndres | andrulenon@hotmail.com

Resulta difícil comprender como un país de corta historia acumula tanto olvido. Algo expuesto en la ligera publicación de constituciones o invención de “repúblicas” que no fueron tales; sin embargo, relatos contemporáneos cuasimíticos parecen reemplazan cual cómodo resumen la complejidad y los marasmos de lo que han sido numerosas asonadas. La completa carencia de institucionalidad barnizada con aspiraciones de mayorías oclocráticas. Pero no importa cuántas veces aparezca algún “experto” analizando Venezuela con pretenciosas terminologías como “tradición constitucional” o “republicana”, para un oído agudo ellos siempre suenan más sospechosos que optimistas.

Atrás, desplazado de la que pudo haber sido su historia, quedó quien pensó construir con la Primera República (1810-1812) una nación para la libertad. Fue Juan Germán Roscio Nieves, un prócer civil y, por ende, sin casi monumentos. En lugar de ellos, él se encargó de legar un texto filosófico, testimonial y que en algunos pasajes puede llegar a sonar incluso expiatorio, inspirado en Agustín de Hipona y como lo adelanta su título:  El triunfo de la libertad sobre el despotismo, en la confesión de un pecador arrepentido de sus errores políticos, y dedicado a desagraviar en esta parte á la religión ofendida con el sistema de la tiranía (1817).

Ante la falta de libros que saciaran ese vacío argumentativo que sentía en sí, desarrolló con fundamento su concepción del Estado en esta obra que cumple ya unos 202 años. Para el bicentenario, muy merecidamente el politólogo Pedro Urruchurtu publicó en su honor Libertad y República en la obra de Juan German Roscio (2018) un ensayo sumamente útil para entender sin mayores vericuetos donde se cimentaban las bases de la nación que pudo –y puede- ser.

“Si la nación se sujeta la voluntad del mandatario deja de ser soberana”, aseveraba el ideólogo. Más que ser premonitorias sus reflexiones preclaras, estas brindan varios indicios de permanecer –por gracia y desgracia para la civilidad- vigentes.

Lejos de ser un presuntuoso apologista de una nación que no existía, tal escritor de panegíricos, él era un estudioso de la política que no dudada en asegurar que hechos como la usurpación y la tiranía no eran un simple hecho de unos pocos individuos, sino el producto de una sociedad donde se corrompe una multitud. Hasta en esos casos son ellas las que en primer lugar ceden parte de su poder, es decir, la legitimidad parte de la ciudadanía.

La selección de Urruchurtu en la obra de Roscio resalta su clara noción de los sistemas políticos y de la importancia de la organización dentro de estos. Algo al tono del pensamiento de la época – y que aún muchos no parecen asimilar-.

Tendencia que mostraba estar tan al tono de la literatura vanguardista, como lo resalta su uso del término multitud, el fantasmagórico precedente de las actuales masas o públicos, que a lo largo del siglo XIX sería precursor de análisis psicológicos apalancados por las revoluciones y que ya mostraba relación con Gustave Le Bon y su influyente Les Psychologie des Foules (1895). Un trabajo que partió de la fascinación por el ascenso de las clases populares y que desarrolló, lo que su propio autor bautizó como: La ley de la unidad mental de las multitudes. Ya dejada atrás, pero sugerente en sus conceptos posteriormente mejor desarrollados, esta identificaba, de acuerdo con Vincent Price (2014), tres causas básicas y definitorias de la conducta de la multitud: el anonimato, el contagio de acciones o imitación espontánea y “el desvanecimiento de la personalidad consciente” en la sugestión. Esta hipótesis aglutinó las nociones entorno a esa palabra lo largo de aquel siglo y sustenta la previsible animadversión del venezolano las tiranías mayoritarias.

Otro indicio de la sinfonía universal de Roscio fue su enfoque altamente inspirado en la revolución estadounidense. Hasta el grado de suscribir su concepción de libertad del ciudadano expresada en un gobierno limitado por un sistema estatal de tres poderes (no cinco, ni seis) en favor del check and balances. Soportado en una fuente del derecho muy diferente de la vigente raíz latina, libresca y positivista; él asumió el modelo anglosajón iusnaturalista del Common law. Ley como expresión de la voluntad general o los acuerdos comunes de convivencia.

En un marco así el tirano desaparece y el temor de la población recae en la ley, aquella a la cual deben sus obediencias. Una que ha de identificarse como activa cuando los gobernantes o magistrados administran sobre la sociedad y una pasiva que es aquella pactada por los ciudadanos en las normas. Además, aleccionaba de lo dañina que podía ser una obediencia ciega, expresión no cívica de las multitudes, “resultado de una conciencia ciega” que no discierne entre lo bueno y malo y que “abraza lo que se le propone”.

Sucintamente, el punto de arranque para la descomposición de una sociedad libre sería la conciencia ciega como causa de preocupación que conclusivamente “pervierte la razón”, dejando abiertas las puertas a la aceptación de la usurpación.

Partiendo de esto el prócer civil legitima la insurrección como un deber del pueblo soberano para “aplicar justicia”. En los primeros capítulos de su segundo libro, Roscio se dedica al desarrollo del concepto de soberanía para así justificar su deslinde de las monarquías. Desde una perspectiva cristiana llega a señalar a los reyes como “vicarios del demonio”, definiéndolos a todos como usurpadores, presenta como real a la soberanía de la población en su carácter de ciudadanos.

Estos postulados los sostuvo en la Biblia buscando hasta el rebusque relatos que justificasen la insurrección contra la tiranía: “estaba muy lexos de pensar, que faltasen defensores de la libertad, fundados en la autoridad de los libros religiosos”, justificó. Su enfoque cristiano incluso ahora puede resultar disruptivo, cuando predicadores aún exhiben mayormente relatos sobre autoridades absolutas; mas no ejemplos de republicanismo o ciudadanos empoderados como hizo él.

Me dediqué al estudio de la Vulgata, no en los ingestos y dolorosos comentarios que me llenaron el tiempo, (...) sino como debieron estudiarla los autores de ellos, y como estudia quien no está consagrado en cuerpo y alma al servicio de la tiranía.... no creia, que (...) pudiese dar con una ley del nuevo y viejo testamento que favoreciese la opresión. Para esta buen a fé me bastaba saber, que los pueblos cristianos y no cristianos habían usado muchas veces del derecho que ahora en el gobierno español se tenía y predicaba como crimen de impiedad, é irreligión.

Anecdóticamente cabe recordar que aquella breve Constitución de los Estado Unidos de Venezuela, aunque inspirada en la Common law (surgida en la diversidad protestante), mantuvo como religión oficial al catolicismo -pragmatismo aceptable desde su cosmovisión-, algo que podría sobrecoger al mismísimo John Lock (Fernández y Soto, 2012) quien consideraba que no se podía construir una sociedad libre con católicos subordinados a la majestad del Papa de Roma (ni con ateos desordenando con sus cuestionamientos).

Mientras él consideraba que los monarquistas sacaban de los textos sagrados “sofismas con que defender y propagar la ilusión”, su condena es airada también contra el adulador, un agente que se puede interpretar como absolutamente contrario a lo político, porque podemos notar con facilidad su plasticidad o falta de criterio. Así que, en términos superlativos, el cometido clave a resaltar por Roscio para el levantamiento de su idea de nación libre fue que la sabiduría debe ser la virtud general.




Referencia:

Fernández, J. y Soto, J. (2012) Historia de la Filosofía Moderna. Eunsa, Pamplona.

Le Bon G. (1895/2004) Psicología de las masas. Estudio sobre la psicología de las multitudes. Ser y actuar. Buenos Aires. Disponible:  https://seryactuar.files.wordpress.com/2012/12/psicologc3ada-de-las-masas-gustave-le-bon-1895-pdf.pdf

Price, V. (1994). Opinión Pública, esfera pública y comunicación. Paidós.

Roscio, J. (1817). El triunfo de la libertad sobre el despotismo, en la confesión de un pecador arrepentido de sus errores políticos, y dedicado a desagraviar en esta parte á la religión ofendida con el sistema de la tiranía. Imprenta de Thomas Palmer, Filadelfia.

 Urruchurtu, P. (2018) Libertad y República en la obra de Juan German Roscio. Fundación Cedice. Disponible: http://libreriacedice.org.ve/portfolio-items/libertad-y-republica-en-la-obra-de-juan-german-roscio/



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