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Mayores controles para gobiernos, no para los emprendedores

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Por Andrés Anthonio Segovia. TW/IG: @ReporteroAndres

Cuando en un sistema de libre competencia -es decir, uno que no existe en Venezuela- alguien no está de acuerdo con el precio o características de un bien o servicio, simplemente no lo adquiere y compra otro o reemplaza.   Esta situación se ha hecho imposible de experimentar en una economía intervenida, inflacionaria e improductiva. Al no tenerse estas vivencias, se hacen desconocidas y esto es muy beneficioso para el régimen porque ¿con qué contrasto?


Los veinte años de adaptación y los cuarenta anteriores de progresivo estatismo no han pasado en vano para afianzar paradigmas de la regimentación del Estado sobre la economía, algo propio de los socialismos. Los controles a la libre competencia son expresión de la irresponsabilidad del régimen y a la vez son su sello político identitario (ese que sustenta al chavismo no madurista, o los light). Ellos no renunciarán al legado, así como mucho falso opositor no renunciará tampoco al estatismo rentista a nombre una “vocación social(¿ista?)”.

Si la hiperinflación la han provocado las políticas monetarias, fiscales y reguladoras que han ahuyentado las inversiones. ¿Por qué controlar los precios? ¿Por qué imponer salarios desde el ejecutivo? ¿Por qué dar bonos? ¿Por qué dar CLAP? La respuesta se puede resumir en que es la única estrategia que tienen para fortalecerse y el legitimarse como régimen. Cual absolutistas, ahora el Estado son ellos.

La próxima vez que salga uno de esos asalariados o simples bonificados -que dicen hablar de participación, protagonismo, poder de abajo hacia arriba, “del pueblo pa’ Miraflores”, entre otras rimbombancias- a proclamar que hay que ponerle una sanción a cada bodeguero y vigilarlos con militares si es necesario; será válido preguntarle sino sería más eficiente que exigiese les hicieran eso a los altos regentes que ni siquiera rinden cuentas en el Banco Central, ministerio de finanzas, a los ministros de cada cartera “productiva” y hasta al que usurpa el ejecutivo; encargado directo de dilapidar recursos de la nación y haber encabezado el proceso hiperinflacionario y especulativo. Para esa propuesta seguro el enchufado, asalariado o simple bonificado, seguro no creerá en controles, ni en sanciones, ni el asunto participativo o protagónico.

Esta situación es una metáfora sobre el estatismo imperante. Al criminalizar y buscar socavar al emprendedor, es decir, la sociedad civil; toma mayor sentido aquella frase de “no más dólares para los golpistas”, que pronunció Chávez al instaurar el demoledor control de cambio. Expresión de un régimen todo poderoso doblegando las fuentes de emancipación del ciudadano, del control del dólar al CLAP y carnet, la ruta es completamente recta.

Nadie supedita al déspota y este somete al emprendedor. Mientras el bodeguero si mucho puede ser la primera opción de compras a unas cuadras o sobre algunos bienes demandados, el tirano y sus camarillas tienen control sobre la nación y todos los ámbitos de la vida de sus pobladores. ¿Notamos la asimetría de poder ejercido?

El discurso de revancha que ha caracterizado al socialismo nos ha llevado a una situación de enemistad cainiana, de desconfianza en todo ámbito y de rapiña ante las carencias que se han exacerbado. La única alternativa antagónica al oprobio es la promoción de las libertades o el aumento de contrapesos al poder del Estado, no seguirlos legitimando.
Enfocarnos en un discurso en favor de la libre empresa y competitividad, no sólo será expresión de búsqueda de superación sino además la recuperación de nuestra dignidad como humanos y fortalecernos como ciudadanos.


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Toma de mercados, municipalización del autoritarismo

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PoAndrés Anthonio Segovia /andrulenon@hotmail.com TW/IG: @ReporteroAndres

Más y mayores controles ahora ponen su vista sobre los mercados municipales. El régimen socialista comenzó desde lo alto (imponiendo control de cambio para no “financiar golpistas”, tomando dinero de reservas para gastar, acabando con el mercado financiero de las Bolsas, secuestrando políticamente PDVSA, etc…) y atacó a lo ancho, con políticas intervencionistas que aumentaron los niveles de crédito y gasto público, endureciendo políticas laborales, igualmente la de bonos y salarios, imponiendo controles precios…. Todas formulas enteramente contrarias a los derroteros del desarrollo, pero muy afines al populismo, tanto es así que por años falsos opositores han celebrado estás medidas de “profunda vocación social” que han llevado a la nación a su hecatombe y, sin embargo, ante los resultados nefastos siguen insistiendo en la receta económica estatista.

Parece que a los demagogos no les basta lo evidente, como cuando la escasez tuvo sus primeros episodios en el año 2007, cuadro años luego de la con la imposición de controles de precios; o con el hecho demostrado de que la mitad de las 600mil empresas existentes para 1998 ya habían cerrado sus puertas en 2012; o como cuando órganos como el SUNDE acabaron con la presunción de inocencia imponiendo multas y cierres sin derecho al pataleo a nombre del “bien de todos”; o como cuando el control cambiario inició un aumento sostenido, desde el año 2003 hasta la actualidad, del precio de la moneda fuerte, el dólar, frente el bolívar débil; o cuando se sacó en cadena nacional  un “millardito” de las reservas  de la nación, que dan respaldo al poder de nuestra moneda, excusándose en “gastos sociales”; o como muchos tantos episodios en los cuales el populismo imperante no reclamó ante este evidente avance del autoritarismo.

El estatismo como tara ideológica de la economía petrolera de la que se vale la tiranía y el discurso falso opositor, ahora calla o celebra en silencio esta municipalización del autoritarismo y sus consecuentes mafias.

Las causas de la inflación y especulación son estructurales y están en las distorsiones económicas que han promovido los controles. Estos militares sólo saben imponerse con sus botas y armas, pero de las dinámicas socioeconómicas nada saben y por ello adoptan estas cartillas desfasadas del socialismo.


Mercado de Maracaibo intervenido. 2018. Foto: Anónimo. 

Por ello, a nombre de repartir riquezas, aumentaron el flujo monetario del Banco Central de Venezuela (que ese sí no rinde cuentas) promoviendo en una economía monoproductora y no productiva, la hiperinflación caracterizada por crecer a pasos tan violentos que ha dejado hasta a los billetes como bien escaso y por ende propensos a su virulento aumento de valor.

El mercado buscará su desahogo y el aumento de la coacción del régimen provocará mayor especulación e inflación porque el comercio seguirá abandonando el ámbito formal, que en este caso representa el mercado municipal, y pasará a abonar la clandestinidad o mercados negros, que como no es secreto, ya es la principal vía para conseguir lo desaparecido en anaqueles.
Además, cabe agregar, para almas puras o que se hacen las inocentes, que esta es una economía en gran parte manejada por los contrabandistas y corruptos del régimen. ¿Se entiende la relación entre más control y más mafias?

Criminalizar las dinámicas del mercado libre es estigmatizar a la sociedad civil y afianzar el discurso estadista de control sobre la población. La alternativa es clara, debe reestablecerse la cordura económica con un Banco Central autónomo, austeridad, Estado de derecho, respeto a la propiedad privada, fin de controles que han distorsionado las dinámicas competitivas naturales de la oferta y demanda y en general respetar las dinámicas del mercado libre; una visión que está muy clara para alternativas como Vente Venezuela y SoyVenezuela, una alianza ignorada por el establishment rentista tanto político, como mediático.




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Claves: Ley de bono para contradicciones ofiacialistas

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Pacientes ancianos, mayores beneficiados de la ley, en marcha de "Unidos por la vida". Foto: Transparencia Venezuela.
Por: Andrés Anthonio Segovia / Correo: andruenon@hotmail.com

No hay secreto, el poder ejecutivo en connivencia con el Tribunal Supremo de Justicia sin caretas limita la efectividad del parlamento, el hecho de que la bancada de la MUD insista en permanecer dentro de los canales políticos institucionales demuestra ser un loable signo de civilidad y a su vez toda una proeza.

La oposición, como cualquier otra en el mundo, se encamina a intentar cumplir sus promesas y desencajar al oficialismo de cara a la población mientras ganan tiempo a sus diatribas internas sobre los pasos a tomar para lograr la salida de Maduro.

Es resaltante que a pesar de haberse activado las iniciativas de solicitud de Enmienda Constitucional y Referéndum Revocatorio, cada uno de los partidos de la coalición sigue por su lado y existe franca desesperanza en varios particulares sobre la viabilidad de cualquiera de las iniciativas; estos son hechos tan lógicos como palpables.

Sin embargo, en medio de su sombrío panorama los legisladores de la unidad han concretado un creativo despliegue de astucia maquiaveliana el pasado 30 de marzo con la aprobación de la Ley de Bono para Alimentos y Medicinas a Pensionados y Jubilados.

Diputado de Petare por la MUD, Miguel Pizarro ha lideró la iniciativa.
Bonos reveladores

Más allá del discurso de #JusticiaSocial (tendencia en Twitter aquel día) esta ley, inicialmente ideada por la Causa R y que se estuvo engavetada por más de 14 años, esta encaminada a poner contra la pared de la opinión pública al chavismo. La oposición tomó una muy sagaz táctica de cara a una población sumamente acostumbrada al dadivismo estadal.

Primero dejaron fuera de base al gobierno que hizo campaña acusándolos de ser enemigos de las políticas de repartición, y segundo los trabaron en el momento en que su gestión caracterizada por el gasto público, desorganización y corrupción lógicamente ha colapsado provocando la actual crisis económica.

La ley de bonos es una papa caliente que ahora pasa a manos del Presidente de la República que debe aprobarla o no; viéndose obligado a responder cómo pagar, o en dado caso, explicar porque no. 

El texto de la ley enfila todo un montón de imprudencias e irresponsabilidades que han abanderado y caracterizado a la gestión de los últimos 17 años, aquí algunas 6 claves:

1)    Pide respetar derechos que el gobierno no puede garantizar. Basta leer el artículo 1 que expone: “el fin de proteger su derecho a la alimentación y a la adquisición de medicinas”.

2)    La introducción de las medicinas al bono. La propuesta inicial nombraba sólo los tickets de alimentación, pero la proposición electoral sumo los medicamentos cuando más faltan en las farmacias.
Una anécdota no casual es que se sancionó un día antes del 31 de marzo cuando se pautaron marchas en todo el país de pacientes buscado medicamentos y personas solicitando la solución a la falta de alimentos con el eslogan #UnidosPorLaVida.

3)    Busca revelar el numero real de pensionados y jubilados. El Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS) asegura haber alcanzado la cifra de 3.090.281 de pensiones otorgadas hasta el 2015, sin embargo, falta de transparencia en los procedimientos, la irregularidad con la que se publican cifras y su uso con interés político (expuesto en la última publicación de la lista de nuevos pensionados el 6 de diciembre del 2015) entre otros puntos; exacerban dudas como las del Comité de Derechos Humanos para la Defensa de Pensionados, Jubilados, Personas Adultas Mayores y Personas con Discapacidad que constantemente acusa al gobierno de manipulación de cifras.

Integrantes del Comité de Derechos Humanos para la Defensa de Pensionados, Jubilados, Personas Adultas Mayores y Personas con Discapacidad en la AN. Foto: Efecto Cocuyo.

4)    Costos y el bumerán de la U.T. Artículo 3: “El monto del bono al que se refiere esta Ley es equivalente a sesenta y siete unidades tributarias (67 U.T.) mensuales”. Esto equivale a 11.505 Bs. con el aumento de la U.T. a 177 Bs. efectuado en febrero de este año sin aprobación parlamentaria. Es decir que cuando el ejecutivo pensó que sólo cobraría más, esta legislación lo topa con un gasto muy superior a 35mil millones de bolívares, basándose nada más en las cifras que ofrecen de pensionados. 

5)    El pago debe ser inmediato. Artículo 4:El bono se hará efectivo en la misma oportunidad en la que se pague la respectiva pensión o jubilación”. El ejecutivo no puede retrasarse o hacer pagos posteriores y debe ofrecer explicaciones si llega solicitar, en revisiones al texto, la capacidad de prórroga.

6)    Se rige por una ley “socialista”. En este caso los apellidos que el oficialismo le ha puesto a casi todo cobran caro, el artículo 6 estipula que la norma se regirá “de conformidad con lo establecido en la Ley del Cestaticket Socialista para los Trabajadores y Trabajadoras” ¿se opondrán la extensión de una de sus normas?

La bancada del Polo Patriótico ha expuesto, de maneras muy hilarantes para los espectadores, los motivos por los cuales salvó su voto en la sanción del proyecto de ley con declaraciones como las del diputado Ricardo Sanguino que afirmó “no hay como pagar” a sólo días de negar la situación económica actual con la pregunta retórica de “¿cuál crisis?”.

Resaltó también el despliegue de irresponsabilidad expuesto por el oficialista Víctor Clark al proponer un artículo que diera la responsabilidad del pago de esos bonos a los contribuyentes especiales, es decir, seguir aumentando las cargas impositivas de sector productivo en plena recesión.

El gobierno por primera vez se topa a la realidad de que los recursos financieros no son infinitos, desgastándose de cara a la población mientras la MUD intenta capitalizar ante cualquier escenario. Ya varias encuestadoras, como Keller y Asociados, concluyen para el primer trimestre del 2016 que más del 90% de la población considera “grave” la crisis económica, política y social del país y el hecho se acentúa cada vez que se afianza el cierre de las posibilidades de un cambio institucional civilizado.


También puedes leer: Los dos obstáculos para la MUD



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Ideas que no hacen industria en Guayana

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Por: Andrés A. Segovia Moreno / Correo: andrulenon@hotmail.com / @Andrulenonseg



Para la gran industria de Guayana, el apellido "socialista" de la revolución bolivariana, estrenado entre los años 2005 y 2006, instituyó la asociación con el malévolo sistema capitalista de los conceptos de rentabilidad y productividad (entre varios otros) por obra del discurso de Hugo Chávez. 

El contenido demagógico de dichas afirmaciones puede hacer que cualquier idealista pase por alto que estas palabras no componen en si preceptos liberales (o capitalistas), sino que se han concebido y desarrollado en entornos donde este sistema económico se ha fundado o ha perneado; demostrando con el tiempo perdurar, como muestra de su efectividad, hasta el punto que socialistas revisionistas han planteado múltiples formulas para adaptarlos a su sistema.

La satanización, con el perdón del viejo (y paradójicamente rojo) personaje aludido, de la rentabilidad y la productividad ha traído en consecuencia el accionar de un antónimo, la improductividad.

A principios del 2014 informes anuales entregados por el Ministerio de Industrias Básicas y Minería (MIBAM) expusieron, según sintetizó Damián Prat (1), que  "solamente entre los años 2012 y 2013 el complejo industrial estatal ferrosiderúrgico y del aluminio produjo a cerca del 20% de su capacidad instalada y a 30% de su capacidad real demostrada en otros tiempos".


Infografía de Andrés Segovia

Los dos rubros globales de Sidor, son los productos planos y largos, la empresa dejó de ingresar con estos 3millones de dólares en comparación a si hubiese producido a su plena capacidad. 


Infografía de Andrés Segovia


El sector del aluminio dejó de vender entre 2012 y 2013, 1millón novecientos mil dólares y Ferrominera con capacidad de producir 22 millones de mineral, solo produjo en el 2013, 19 millones quinientas mil toneladas.  Las empresas Buxilum-mina, Carbonorca y Situr fueron las únicas que no aparecieron en los informes. 

Este rotundo fracaso es una combinación de ideas y casi consecuente ineptitud. Las primeras respaldan la condena al lucro económico, pensamiento que vuelve a hacer de las suyas y como por rebote golpea a sus enemigos, esta vaga y romántica  ilusión de "las riquezas para todos" ha triunfado en colectivizar la frustración. Los diabólicos conceptos capitalistas parecen que a lo menos eran capaces de encender los hornos y facturadoras.


Nota:
1: Prat C. , Damián. Dólares fantasmas. Diario Tal cual. Publicado el 03/02/2014. Extraído el día 18 de abril del 2014, desde: http://www.talcualdigital.com/Nota/visor.aspx?id=98349

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Relación entre inflación y escasez

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Andrés Segovia Moreno / Correo: andrulenon@hotmail.com @AndrulenonSeg

El 2013 finalizó con una inflación acumulada, según cifras del Banco Central de Venezuela, de 56,2%; muy superior al 14% o 16% previsto en el presupuesto nacional y la mas alta registrada desde 1996. Mientras el índice de escasez fluctuó marginalmente durante todo el año rondando el 20%, cerrando específicamente en 22,2%.

Estos datos están íntimamente ligados, el profesor y economista trujillano, Leonardo Argüello explicará en la presente entrevista como la política monetaria expansiva del BCV, con claro cariz político, continua intentando financiar la economía local con la impresión de dinero inorgánico, que ya suma 45 millones de dólares. Brindando poder de comprar a la población en medio de problemas como la falta de producción nacional y dificultades e irregularidades  en el acceso a divisas a importadores. 

                              


La relación entre inflación y escasez es centrifuga, provoca toda clase de distorsiones, como los mercados negros, especulación de precios y hasta caldo de cultivo de corrupción en entes reguladores; todas consecuencias de las políticas económicas, aunque el gobierno las sitúe como causas.

A estos hechos las autoridades buscan darle un enfoque político y el BCV, ente que debería actuar con autonomía como estipula el artículo 318 de la constitución, sin explicación aparente retrasó por 20 días, en diciembre del 2013, la publicación del Índice Nacional de Precios al Consumidos (INPC) del mes noviembre. 

Este se ubicó en 4,8%, una cifra significativamente alta, cuando el ente emisor expone un promedio histórico de 2,2%; cifra que sí se recogió en diciembre, debido " a las  medidas  de  inspección  y  fiscalización  (que)  permitieron contener esta tendencia en noviembre y revertirla en diciembre".

Estas palabras están recogidas en el informe La formación de precios en la coyuntura económica y política de 2013: guerra económica y contraofensiva gubernamentalpublicado por el ente monetario.

El texto inicia aclarando que desde octubre del 2012 se empezaron a alterar algunas variables centrales de la economía venezolana, "las más llamativa se expresó en la subida irracional y especulativa de la cotización extraoficial del 
dólar". Sobre esto la oposición política es abiertamente acusada de "agudizar artificialmente el deterioro de las variables económicas" y además son constantes las comparaciones estadísticas centradas a acontecimientos políticos.


Indice de escasez comparado desde los conflictos políticos del 2003. Fuente: BCV

Es llamativo y expresión de las distorsiones macroeconómicas, el  análisis  comparativo  de  los  precios  al  consumidor  versus  los  precios 
mayoristas, discutible para algunos en el el aspecto metodológico,  el BCV  visitó  una  muestra  de  238  establecimientos  comerciales a los cuales les fue aplicado un acuerdo de reducción de precios, o las ya referidas " medidas  de  inspección  y  fiscalización",  y estos oscilaron en promedio entre 5% y 70%.

"El BCV reafirma su posición al lado del pueblo venezolano,sumando esfuerzos para la construcción protagónica del socialismo como nuevo orden económico nacional", de esta manera finaliza el documento, mientras no aparece alguna intención de rectificación en la política económica que continua encareciendo el costo de la vida en Venezuela.


Fragmento del Artículo 318 de la CRBV:

 ...El Banco Central de Venezuela es persona jurídica de derecho público con autonomía para la formulación y el ejercicio de las políticas de su competencia...


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Escasez irregulable

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Andrés Segovia Moreno / Correo: andrulenon@hotmail.com @AndrulenonSeg

Foto: Anónima. Fuente: http://www.empresate.org .
Existe poca diferencia entre un venezolano que recorre varios comercios en busca de víveres y un monitor de precios, las impresiones recogidas por ambos son similares. La escasez no es una “sensación”, es algo palpable que con autoridades registrando bodegas de tiendas no se ha resuelto.

 La hermana República de Colombia recoge  en cifras oficiales un índice de escasez de productos del 9%. En cambio,  Venezuela, según su Instituto Nacional de Estadística (dependencia oficial), registra un desabastecimiento del 20% que el presidente de este ente interpreta como una “escasez aceptable”.

 Monitoreos hechos para investigaciones realistas, sin interés político oficial, y metodológicamente mas transparentes, como las de Datanalisis (1), arrojan constantemente que desde principios de este año, el desabastecimiento en los anaqueles nacionales es superior al 30% en los productos de la canasta básica (compuesta por 7 rubros) y el país sufre una "escasez crónica que media el 17% desde el año 2003 (2).

Hay productos cuya falta ha llegado a ser superior al 70% como la azúcar (80%), harina de maíz (50%), margarina (53%),...  Los monitoreos semanales de la firma consultora incluso registran  deficiencias en la aparición de víveres como el queso (25%), pollo (28%), café (29%), entre muchos otros regulados (3).

Estos datos develan  un panorama de escasez (inexistencia) y desabastecimiento (no esta el tipo, marca o empaque buscado)“en bruto”, sin tomar en cuenta asuntos consecuentes como los de competitividad y calidad, ya que los productos afectados no varían en sus presentaciones; es decir, se acortan las alternativas de los consumidores de poder elegir entre distintas marcas y premiar, con su compra, al mejor productor.

El director de Datanálisis, Luis Vicente León.
La lamentable situación venezolana es resultante de más de una década de sistemática agresión a las actividades productivas.  La falta de oferta obedece a las constantes amenazas de intromisión y expropiación a las empresas, numerosas normativas y leyes intervencionistas como la nueva Ley Orgánica de los Trabajadores y Trabajadoras (hecha sin discusión por el ejecutivo), la nada sorprendente ineficiencia en gestión de las empresas públicas, aunado al entorpecedor sistema de control de cambio y  precios.

El control de precios, junto con el de cambio (desencadenador de la escasez de divisas extranjeras), es una política especialmente dañina para la producción nacional. Ha sido aplicada por décadas sin dar nunca buenos resultados y se sigue tropezando con la misma piedra.  En la actualidad es un  ingrediente fundamental de la escasez estructural de productos que alimenta el continuo encarecimiento de la vida por la inflación. 

 La regulación de precios siempre establece para el bien, un precio inferior al del mercado, porque de otro modo no tendría sentido la medida. Como consecuencia, primeramente, el productor no consigue  rendimiento u  ganancia con ese producto. Sacarlo al mercado queda condicionado a un subsidio dado por el Estado para mitigar perdidas (muchas veces no es suficiente y abre brecha a otros problemas estructurales, como la dependencia a dicha práctica). Al salir a ofertarse, los consumidores agotan las existencias del bien rápidamente  por el bajo costo y lo preciado que se hace al ser escaso.
Esas son consecuencias de no permitir, como en las economías avanzadas, que los precios sean establecidos por el intercambio voluntario entre oferentes y demandantes.  

Como resultado de esta realidad, aparecen otras vías de distribución “no regulares” que tienen por objeto satisfacer la demanda de esos productos escasos. Estos son los comerciantes ilegales, especuladores,  a veces revendedores, con cualquier otro apelativo que se les pueda dar. La aparición de este actor es consecuencia de lo restrictivos que volvieron los canales regulares para poder comerciar.  El “ilegal”  garantiza la presencia del bien, pero con precios más altos. Según Datanalisis por estas vías los precios aumentan en promedio un 44%.  Este tipo de comerciantes conforma el denominado “mercado negro” (presencia del producto con precios variables, propensos  especulación o rápidos aumentos), al terno al regulado (poca presencia del producto por precios irreales, artificialmente bajos).

El precio sintetiza el trabajo del productor y la negociación con el consumidor. La intervención estatal ha desvirtuado el valioso papel del precio como portador de información económica y ha atrofiado el mercado. La principal escasez es de libertad económica.









Notas:
  1. Metodologías. Técnicas de recolección de información de Datanalisis. http://www.datanalisis.com/70/metodologias
  2. Martínez, L. DATANALISIS: Venezuela vive una “escasez crónica desde 2003″ Extraído el 3 de mayo del 2013 de la página:  
  3. Vargas, A. Datanalisis: Escasez en primera quincena de enero escaló 32,5%. Extraído el 3  mayo del 2013 la página:http://eltiempo.com.ve/venezuela/economia/datanalisis-escasez-en-primera-quincena-de-enero-escalo-325/78593











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Primitivización política y control de la movilidad social en Venezuela

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Imagen de autor anónimo

Andrés Segovia/Correo: andrulenon@hotmail.com @AndrulenonSeg

 Movilidad social se denomina a cualquier desplazamiento que efectúan individuos, o grupos de ellos, dentro de un sistema socioeconómico. Por ejemplo, el aumento del nivel de ingresos de una persona, se denominaría cambio ascendente, o en viceversa, descendente en caso de empobrecer. Hay que dejar claro este concepto para entender como en Venezuela, y gran parte de Latinoamérica por muchos años, el Estado ha sido el elemento  intermediador directo de más peso en la movilidad social de sus sociedades.  Esto no ha dado buenos resultados porque, como es evidente, los sistemas socioeconómicos han asociado el ascenso social de los individuos a la maquinaria estatal, y no a auspiciar su espíritu innovador, el avance del libre conocimiento y acumulación de capitales.

En este país siempre (sin poner un periodo inicial) ha existido la solicitud “póngame donde hay (plata)”, el metalenguaje de esta frase, en este sistema, se interpretaría de la siguiente manera: "si quieres ascender sube en la escala amárrate lo más arriba posible de las jerarquías del Estado". Este es un fenómeno generalizado en las naciones pobres porque la ciudadanía tiene pocas alternativas de progreso independientes del poder político. Ese control de los medios de ascenso social (como prebendas, permisologías o leyes que regulen las dinámicas empresariales, el acceso  o preservación de empleos, educación, entre otras) es padre de un fenómeno que algunos expertos llaman  “primitivización política(1). Una política en la que la elección  de alternativas para el individuo está condicionada por la posible afectación de sus medios de ascenso, “si no apoyas al 'manda más' perderás la dádiva  el trabajo, un servicio, etc.”.

La relación clientelar gobierno-ciudadano, en sociedades con esta estructura, pueden llegar a estar muy arraigadas, e incluso, ser para la población un elemento legitimador de cualquier acción político institucional negativa de los gobiernos. Una muestra puede ser la atribución al poder ejecutivo de decisiones propias de un parlamento, o más allá, actuaciones indiscutiblemente arbitrarias de un gobierno.

Este tipo acciones, paulatinamente, pueden volverse más severas, con una ciudadanía que en su generalidad mira inmutable por el hecho de que sus medios (posibilidades de ascenso o movilidad social) se encuentran intervenidos o controlados por el mayor poder de coacción de la sociedad moderna, su estructura estadal.

Caricatura de Roberto Weil (Agosto 2010)



Pasar de un orden social, con poco bagaje en el trabajo institucional, de las relaciones clientelares a la instauración de un sistema autoritario; es algo que en casos como el cubano vino unido. Pero en casos como el venezolano, el progresivo autoritarismo nace de “una revolución pacífica y democrática” (como dijo alguna vez satisfecho, el ahora taciturno Jimmy Carter) y es consecuencia de un largo proceso histórico, más allá de los 200 años de república, en los que se inoculó la necesidad de tener un Estado que no dependiese de la producción de su ciudadanía, es decir, en lo posible económicamente autónomo, pero que fomentase el respaldo del “pueblo” (común denominador utilizado por todo populismo) congraciándole o asistiéndole en todo lo posible.

 Este tipo de administración es sostén de un Estado enorme, encargado de una burocracia concebida (en este caso) por un muy poderoso poder ejecutivo centralizado, y por consecuencia, hipertrofiado; cuyo resultado es ser caldo de cultivo de múltiples posibilidades de corrupción. En una estructura así, no es extraña la existencia de una pobreza estructural en todo ámbito de esa sociedad huérfana de un gobierno recto y centrado en su papel como apoyo, y no como regente todopoderoso.

La instauración de la democracia en 1958, por vez primera impulsada por civiles, en Venezuela utiliza como elemento de cohesión entre los diversos actores de la joven democracia, la repartición de los recursos de la renta petrolera. Así “la democracia venezolana se fundamentó en dos conjuntos de políticas públicas: el modelo de industrialización por la vía de la sustitución de importaciones (proteger al empresariado de la competencia foránea, paréntesis agregado en este texto) y una sustancial inversión de Estado en gastos sociales.” (Stambouli, 2002:144)

Esto atiza una dependencia estructural a los “ vaivenes” del petróleo por parte de todos los agentes de la sociedad venezolana (empresarios, sindicatos, educadores...). En un lamentable exponente del parasitismo estadal se transformó gran parte del empresariado venezolano, vinculado a los gobiernos por relaciones políticas como todos los gremios. Este sector no logró autonomía del Estado, volviéndose incapaz de desarrollar un proceso intenso de acumulación de capital, tecnología y organización eficiente. Por el período 1960-1975, el modelo venezolano cimentado en créditos públicos, subsidios a productos básicos, servicios sociales gratuitos y generación de empleos públicos (Stambouli, 2002:142) pareció eficaz, pero la racionalidad económica se impuso y mostró la insostenibilidad del sistema populista de Estado Benefactor petrolero (vivo con fuerza actualmente, inclusive, en la cultura política de la oposición venezolana).

La traumática caída de este modelo, en la década del ochenta, no significó que haya muerto en la imaginación que sustenta el discurso político de la nación. Este renace con fuerza arrolladora en los años noventa con un engendro de la anti-política, nuevo adalid del socialismo latinoamericano, llamado Hugo Chávez. El ascenso de su autoritarismo ha sido vertiginoso y a la vez paulatino en estos últimos años. Ha provechado el legado de intervención estadal en los medios de emprendimiento individual que tiene la ciudadanía, por medio del condicionamiento de la conciencia o cultura política de la dependiente población, "primitivizando" el desenvolvimiento sistema democrático.



Referencias bibliográfias:
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(1) Termino utilizado en la entrevista "Hablan Edgar Gutierrez y Alfonso Molero" realizada por Nelson Rivera. Publicado en el Diario El Nacional, cuerpo Papel Literario del 11 de noviembre del 2012.

Stambouli, Carlos.(2002) La política extraviada. Caracas, Fundación para la cultura urbana.





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