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Las líneas trazadas por el Primer Cine Foro de Semiótica LISYL

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El Primer Cine Foro de Semiótica: "Una vida una semiosis", tuvo seis distintos expositores.
Por Andrés Segovia, Coordinador de la Línea de Semiótica y Discurso Fílmico/Correo: andrulenon@hotmail.com

Hablar de cine durante tres días consecutivos en las instalaciones de la Coordinación de Posgrado de la Universidad de Los Andes en Trujillo ha sido una experiencia alto fructífera. La dinámica desarrollada entre las fechas 10, 11 y 12 de mayo, pese las dificultades existenciales de la situación país, fue plenamente gratificante a los ojos de todos los visionarios de la cinematografía presentes. Estos espacios abiertos a los paradigmas de cada quien sobre la materia, influidos o no por carreras o especializaciones, lograron enriquecer el espíritu analítico. Fue todo un ejercicio de artes liberales en una época de supervivencia.

Por otra parte, la intención de centrar este primer Cine Foro en el uso de aportes del método semiótico para guiar los estudios o complementar los aportes expuestos, fue un resultado obtenido por las cualidades interpretativas de los ponentes y la colaboración de un público atento y proactivo. Este acercamiento ha abierto toda una serie de ópticas incluibles y complementarias, encaminadas al robustecimiento del estudio de la semiótica en el área audiovisual y la subsiguiente presentación de un producto tangible, nacido de esta experiencia, es decir: un libro, que como bien expresó a los medios el Coordinador General del Laboratorio de Investigaciones Semióticas y Literarias (LISYL), Luis Javier Hernández, "elaborará el segundo producto editorial que forma parte de la Colección de Cuadernos de Semiótica, como testimonio y memoria de los eventos que realizan para que puedan servir a las futuras generaciones, y el cual será presentado en  el mes de noviembre (del 2017)".

Dr. Luis Javier Hernández en acto.

Esta iniciativa ha sido clara en su propósito. En consecuencia, al momento de su instalación, la Línea de Semiótica y Discurso Fílmico, a la que el profesor Hernández da la tarea de hacer referencias entre imagen,  discursos y simbolismo, "a través del cine y de todos los discursos audiovisuales", parte en sus funciones presentado tres sublíneas de investigación:
  1. Los modelos cinematográficos: Para profundizar en el estudio y análisis semiótico de las escuelas que han precedido al cine actual y las que ahora hacen o pretender hacer, escuela.
  2. El Cine latinoamericano y nacional: Para el estudio y análisis semiótico de los modelos que han impactado nuestro continente y las recientes tendencias artísticas dentro de nuestra filmografía.
  3.  Estudio metacrítico de la cinematográfia: Para el estudio, análisis y, valga la redundancia,  crítica del desempeño y funciones de la crítica cinematográfica de ayer y hoy. 
Profesores Francisco Crespo y Elsy Urdaneta, dieron inicia al Cine Foro.
Con estas muestras de intensiones nació una línea de investigación nueva en el LISYL-ULA e inmediatamente, ese miércoles, se desarrollaron las primeras de varias exposiciones a ser compiladas sobre el foro, de las cuales sólo pueden darse sucintas sinopsis. 

Como la de una amena ponencia, justamente titulada: "El cine como presentación de la sociedad latinoamericana", por el Sociólogo Francisco Crespo Quintero, en la cual la cinematografía de este continente revela todo un curioso corelato sobre las percepciones y sentires de sus habitantes. Luego, el Politólogo Rohmer Samuel Rivera Moreno, miembro del LISYL, sacó a colación una serie de lecciones sobre el ejercicio de la sociología y su trabajo en la cotidianidad, basándose en“Pierre Bourdieu: La sociología es un deporte de combate” (2001), un documental del cual Rivera recoge la capacidad del documentalista para conseguir en Bourdieu, el epitome del científico social cabal, que sin enmascararse, se alterna como miembro de un entorno en el que es participe de sus transformaciones, mientras está en su constante estudio y análisis.

Rivera expone como el documental presenta la capacidades éticas e intelectuales del Bourdieu sociólogo y ciudadano.

Los siguientes días presenciaron excelentes ponencias, como la del Licenciado Frank Daboín, del LISYL, que con base en la teoría de la abducción de Charles Peirce, da una lectura a lo métodos resolutivos de los personajes que dan vida al argumento de un capítulo de la serie “Dr. House” (episodio décimo 2005-2006). Por su lado y con las mismas referencias teóricas el también miembro del LISYL, Licenciado Yohan Godoy,  dio desglose a un capítulo de Sherlock Holmes y demostró como esta fórmula de razonamiento para llegar a lo "elemental", que siempre tenía como tarea Watson, iba más allá de una simple deducción (o algo de suerte) como muchos pueden pensar.

Los licenciados Godoy y Daboín, recuerdan que detrás de Sherlock y House esta la abducción.

El profesor Francisco Crespo tuvo una segunda presentación en la cual pormenorizó las constantes referencias simbólicas a las alegorías mítico-fantásticas europeas proveniente del medioevo, en el filme "El laberinto del Fauno" (2006), y las expuso como ricos representamenes que construían una pugna entre el mito y la razón, lo real y fantástico, lo moderno y lo premoderno, la inocencia y la maldad, entre otras abstracciones dicótomicas, que al final de cuentas dejan una moraleja clara del intentio auctoris, "nunca hay que dejar de soñar"



En un sentido opuesto la Dra. Elsy Urdaneta, Coordinadora de Investigación y Postgrado, presentó un interesante análisis en el cual critica la historia lacrimógena, "ligera y edulcorada" que expuso Roberto Benigni con las travesías de un padre en un campo de concentración nazi en "La vida es bella" (1997). "¿Acaso es mejor vivir en una cómoda farsa que enfrentar la cruel realidad?", interrogó retóricamente a la audiencia hasta asegurar que el relato puede incluso "faltar el respeto a lo denunciado por genuinos sobrevivientes".


Niño se sorprende al ver el tanque estadounidense, cuando en la vida real llegaron los soviéticos, recuerda la profesora.

El Cine Foro contó con temáticas muy particulares, pero la exposición final del profesor especializado en crítica cinematografía, Miguel Viloria, trajo consigo una cuidada observación sobre el uso de la técnicas de la narrativa visual en cuanto sus propósitos y procedimientos. 


Bautizando su exposición por la celebre sentencia de Jean-Luc Godard, sobre el "Traveling como un asunto de ética", "Pia" Viloria desarrolló una presentación de ejemplos sobre el impacto extradiegético del uso de los planos en la argumentación del relato y su lectura (texto-contexto). ¿Cuál es la finalidad de algunos planos o secuencias? ¿Cuándo y para qué es útil el uso de ciertos artificios técnicos? ¿Qué es un exceso?¿Cuando se extralimita el realizador? Son algunas de las preguntas que deja en el aire, para una presentación que abre las aristas a una basta reflexión en socorro de la crítica especializada.




La semiótica se presenta como toda una gama metodológica de análisis, que por iniciativa del LISYL, ahora abre sus puertas a todos los interesados en la investigación cinematográfica. La capacidad de publicar y publicitar los venideros estudios esta disponible a todo inquieto observador, porque "en este espacio se le da su importancia como arte y medio de comunicación para las masas", tal cual aseguró la profesora Urdaneta durante la instalación de la línea. El cine es el séptimo arte bautizado por Ricciotto Canuto por conseguir la conjunción de todas las artes de la antigüedad, con este, el hombre moderno cuenta con mayor polivalencia para ser creador, participe, observador y crítico, aquí tenemos la oportunidad.




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El dogma y su cacería de brujas

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Por: Andrés A. Segovia Moreno / Correo: andrulenon@hotmail.com / @ReporteroAndres


Foto: Proceso contra las brujas pintadas en fachadas del pueblo de Stein am Rhein, Suiza.
Fuente: Antxon Aguirre Sorondo

La iglesia católica echa mano del perdón que siempre ha predicado selectivamente para expiarse de sus dañinas obras, sin embargo, mucho del hecho histórico no borra sus responsabilidades; como las que ahora les relacionan con los dramas sociales derivados de la superpoblación en las naciones pobres, e inclusive, el sufrimiento de individuos en países avanzados.

En estos momentos cabe rememorar las consecuencias de la bula papal de Inocencio VIII "Summis desiderantes affectibus" en 1484, que permitió la aparición del manual de caza de brujas "Malleus Maleficarum" (Martillo de las Brujas)  al rededor de 1487. Este exhaustivo texto notificaba nueve características para identificar brujas, o sus sitios de reunión. Eran de toda sospecha individuos (principalmente mujeres) de uñas largas y descuidadas, de mal hablar, entre muchos otras particularidades muy detalladas y subclasificadas, que llegaban hasta el punto de sospechar de quienes cometieran actos de lujuria y promiscuidad. 

Pero fue la alerta sobre la presencia de gatos negros, como señal de brujería o encarnaciones del demonio, la que tuvo un inesperado impacto en el devenir de las peste negra que brotó en innumerables ocasiones por siglos, pero dejando su saldos de victimas mas altos entre 1348 y 1490. Esta peste fue transmitida por las pulgas de las ratas, que abundaron a falta de felinos por Europa, tanto como las organizaciones de cacería y  quema a los gatos.

Ahora la documentación asigna responsabilidad a la iglesia como  un causante de la peste que solo medidas higiénicas  y la ciencia detuvo después de siglos de muerte y misterio, pero su dogmática influencia persiste.

Como si permaneciéramos en el medioevo, pretenden burlar el pensamiento que les es crítico con las consecuencias del liderazgo carismático, impulsado por la dinámica mediática, de pontífices como Karol Wojtyła y sus predecesores.

Intentan separar a la institución romana de su responsabilidad  ideológica , y a veces directa, en la problemática del aumento desproporcionado de la población como causa de  dramas sociales, principalmente, en naciones en vías de desarrollo.

En aspecto material es un problema es evidente, que  tiende a dejar por fuera otros, como la existencia "familias" descompuestas muchas veces incluso antes de serlo gracias a matrimonios, o la llegada de hijos,  indeseados. Hechos motivados por poca o nula  planificación familiar que regularmente impone distintas diferencias de poder entre géneros, ignorancia en cuanto a educación sexual y reproductiva con consecuente desconocimiento y poco acceso al uso de preservativos y anticonceptivos, múltiples veces por la condena social basada en el dogma cristiano que ha podido viajar sonriente a cada rincón de la tierra, recordando particularmente al nuevo santo polaco. 

Foto: Juan Pablo II, 'el papa viajero', en una visita a África, un continente diezmado por el sida donde no dudó en demonizar el uso del preservativo. Fuente: EFE

Los triste relatos que traen consigo el desconocimiento de la autonomía de los seres humanos a llevar la batuta de sus existencias, aparecen expresados a graneles en dramas como el abandono de hogares por alguno de los padres, el trafico de menores, el abuso infantil en diversas facetas, enfermedades de transmisión sexual, entre muchos otros; hasta llegar a los métodos peligrosos de aborto clandestino y en condiciones insalubres, que hacen peligrar la vida de millones de mujeres por las alta tasas de morbilidad y mortalidad que trae esta invisibilizada práctica.

Estudios efectuados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican  que en el mundo la causa primordial de 600 mil muertes maternas anuales se deben a un aborto clandestino, en otras palabras, una de cada ocho defunciones relacionadas con el embarazo se deben a la interrupciones mal hechas y todo por consecuencia  de la influencia irracional que la iglesia ha llevado con su maquinaria corporativa a todos los rincones de la tierra, especialmente a las maleables poblaciones empobrecidas social y económicamente. Las responsabilidades aparecen pero mas importante aun  es preguntarse ¿hasta cuándo dejaremos que los dogmas impongan su persecución a las brujas?






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¿Quedará en recuerdos la Banda Municipal de Valera?

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Andrés Segovia Moreno / Correo: andrulenon@hotmail.com @AndrulenonSeg
 
Desde hace 30 años el viejo edificio de la Prefectura, actualmente Inscripción Militar y Cpnna comparten su primer piso con la Banda Municipal Bolívar. Su espacio esta separado de los otros por una pared de yeso con una puerta. La sede comprende un largo pasillo con 4 puertas a su izquierda,haciendo frente a un balcón que sólo da a mirar un muro gris de bloques y la plata baja; al final una pared vacía lleva a la entrada de un baño amplio e inservible del que "cuando pega el sol de la tarde hay olores muy fuertes", alerta el profesor Alirio Maldonado, director de la Banda.

"No tienen agua, ahora usamos el baño de abajo", continua con resignación. La actitud de este concertista profesional, no es para menos, hora sólo cuenta con 16 músicos, cuando según su criterio de director mínimo son "necesarios 28 y eso deseamos". Según la teoría para la buena estructuración de la banda deben existir tres familias instrumentales a ser cubiertas, la familia viento madera, la familia viento metal y percusión.

En las instalaciones nada posee mas ornamento que la pálida pintura crema de las paredes. El único cambio aparentemente existente es el deterioro arquitectónico. La banda ha sido relegada a un rostro censurado de la edificación adscrita al ayuntamiento, pero en los últimos años también sus músicos han sido desplazados.


Pasillo de sala de ensayos Fuente: Andrés A. Segovia
Vista desde entra al baño Fuente: Andrés A. Segovia
Maldonado dice que la administración del ex alcalde  Alí Quintero liquidó a 15 de sus músicos y congeló las plazas que eran normalmente asignadas a los integrantes de la Escuela de Música que maneja la misma Banda. Ahora luego de no ver ningún cambio durante el gobierno de Temistocles Cabezas, sólo 12 personas son integrantes fijos y perciben sueldo mínimo. 

El resto de los musicos participa ad honorém , utilizando la mayoría con sus propios instrumentos al ser inservibles la mayor parte de los existentes, y por demás cumpliendo un cronógrama de tres ensayos generales y dos clases, de tres horas cada uno, para la escuela semanalmente. Todo en una sala de ensayos sin ventilación y sin ningún mantenimiento en los aislantes de corcho que cubren las paredes, puertas y techo. 

La hija del profesor Alirio, también es miembro de la banda, su nombre es Yelitza Maldonado, joven flautista y percusionista. Alarmada como su padre recuerda como en diciembre del pasado 2013, seis músicos fueron jubilados "y los puestos siguen sin renovarse".




Fuente: Andrés A. Segovia

Historia de más de un siglo

Heredera de más de 135 años de agrupaciones municipales en Valera, la Banda Municipal Bolívar, registra su origen en 1870, cuando nace bajo la batuta del profesor Abel Briceño. 

En 1876 el concejal Senen María Urdaneta, según recoge la última re-edición del libro Anales de Valera de Alberto La Riva Vale, pide a la Cámara Municipal "se erogue la suma de 20 venezolanos para que se pague un profesor de música en una escuela que no baje de 8 alumnos". Esto fue aprobado el 10 de enero del mismo año y en 1879 se propone incluir en el presupuesto local un pago de 40 bolívares mensuales al director de la escuela "para que toquen la retreta los sábados y fiestas nacionales".

¿Serán sólo recuerdos?. Fuente: Banda Municipal 

En 1883 la colonia italiana dió otro paso al entrenar una banda de 16 jóvenes, fundada por Juan Spinetti, con motivo de la celebración de la toma de Roma por Victor Manuel II. 

Por iniciativa del revistero Eugenio Vazques en 1904 se funda la Sociedad Filarmónico "José Angel Lamas", que para 1922 pasa a la dirección de Laudelino Mejías. 


La banda ve renovados sus instrumentos en 1924, cuando el Ministerio de Guerra y Marina hace la donación por orden de Juan Vicente Gómez. ese mismo año "La Banda Lamas" dirigida en ese momento por  Antonio Anselmi, cambió su nombre a Banda Municipal Bolívar.

Día de los Bomberos (1971) Fuente: Banda Municipal
Las institución musical no sólo ahora se ha enfrentado a diversas dificultades, La Riva Vale relata como en 1973 "estuvo por desaparecer". Los músicos después de meses sin recibir sueldo se aglomeraron frente al Palacio Municipal apilando todos sus instrumentos musicales a las escalinatas del edificio, revolucionando el centro de la ciudad. 

La agrupación ha sido dirigida por gentes reconocidas en la localidad, como Miguel Arias, Evaristo Olivares, Leopoldo Lugo, Luis Fortale, entre otros. Las credenciales de arraigo histórico valerano hacen que Alirio Maldonado replique con mayor fuerza que "el músico no es un borracho, todo  depende del nivel de cultura de la persona" y precisamente en este momento el valerano debe determinar el valor cultural de la Banda Bolívar.


En estas condiciones ensayan los miembros de la Banda Bolívar Fuente: Andrés A. Segovia
Imagen (1972) Fuente: Banda Municipal

Partituras hechas a pulso por varios maestros, música varia desde Onda Nueva hasta Vivaldi
Fuente: Andrés A. Segovia
Oficinas del edificio utilizan la sede como deposito
Fuente:Banda Municipal
Este es el aire obsoleto que esta sin funcionar en la sala de ensayos
 Fuente: Andrés A. Segovia

Estuches de los instrumentos en mal estado Fuente: Andrés A. Segovia

Malas condiciones de instrumentos Fuente: Andrés A. Segovia














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La complejidad de Latinoamérica expuesta en su cinematografía

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Andrés Segovia Moreno / Correo: andrulenon@hotmail.com @AndrulenonSeg

Imagen de los afiches publicitarios de la película Jericó (1991)


Las sociedades latinoamericanas muestran una intensa diversidad en sus sistemas culturales, sufren así de una crisis de identidad que les hace difícil saber quiénes son frente a otras culturas. Pero por paradójico que suene, tal vez la indefinición de la identidad sea uno de los rasgos más característicos de la latinoamericanidad.

Nuestras mestizas sociedades llegan a su emancipación con ideas vigoras, pero con incierta madurez. Aún en el siglo XXI, las abigarradas sociedades latinoamericanas tienen presentes conflictividades orgánicas. Este caleidoscopio cultural todavía no sana las heridas de una integración involuntaria e inacabada.

Latinoamérica ha dado cabida para todo tipo de inferencias sobre estas geografías y gente, que el tiempo se ha tragado. Como en Araya (1959), película de  Margot Benacerraf, donde el castillo fortaleza de la colonia española, símbolo de preeminencia mercantil, y por tanto, militar de dicha región; es demolido, olvidado y corroído por cuatro siglos en los que sólo es acompañado por la sal. Materia que compone nuevos castillos, epicentro de la vida de una población relegada por las coordenadas de la historia. En  esos castillos de sal, canteras de una empresa salinera, los hombres y mujeres de la península de Araya construyen sus relatos, sus memorias, sus nuevas historias.

 Es de resaltar la sensibilidad que tiene la directora para interpretar la situación de ese recóndito entorno, y poder componer un relato sustraído de la simpleza del sitio. Como Benacerraf aclara, acerca de su filme, este no es propiamente un documental, es una composición narrativa. “Todas las historias de esas familias son ficticias. La abuela y la niña no tienen nada que ver. Los enamorados se odiaban a muerte, puse con toda libertad la gente que quería, y los lugares, escogimos tres pueblos.” (1) La narración expone cómo esa gente, y sus pueblos, se niegan a morir y reafirman su existir.


Algo contrario a lo que sentencia, uno de los ya delirantes, náufragos que acompaña a  Alvar Núñez Cabeza de Vaca (personificado por Juan Diego Ruíz, en la película mexicana “Cabeza de Vaca” (1991) del director Nicolás Echeverría) al ver la costa continental (Yucatán), después de estar a la deriva en una balsa por el Caribe, grita: “¡tierra un lugar para morir!”. En efecto, allí no sólo “muere España” como alegan los, luego “conquistados”, náufragos sobrevivientes y, particularmente, Cabeza de Vaca; aquel grito parece ser una proyección de porvenir  del continente, uno “con una inmensa riqueza, donde el polvo cada día está más quemado, donde nada cambia, donde nada crece” como los parlamentos describen a la olvidada Araya.

Las diferentes ópticas reunidas en las tierras de América son en apariencia irreconciliables, cada cultura tiene sus fundamentos. La sofisticación militar de los peninsulares los hace imponerse, pero eso no evita que por su mente, al igual que Cabeza de Vaca, aparezca una pregunta como la de “¿Qué hago aquí en esta tierra, en este mundo, con este ser monstruoso (su indígena cautor)? (...) “tengo un mundo y un dios”. El colonizador desmoralizado por el sacerdote indio, y en su situación de vulnerabilidad, descubre nuevos apoyos para poder interpretar esa realidad que padece,  estos son los de la naturaleza, al parangón de los indígenas.



Similitudes tiene la película Jericó (1991) dirigida por el venezolano Luis Alberto Lanata. En esta el sacerdote, Santiago (interpretado por el Wilfredo Cisneros), cambia los símbolos de su fe cristina, por el de las elementalidades de la naturaleza, primigenia fuente de conocimientos de toda cultura, en este caso, la aborigen latinoamericana. Los dos exploradores españoles cambian la escrupulosidad del templo católico y sus menesteres, por otro más abrumador, “la madre tierra”, las misteriosas selvas que colman el virgen “Nuevo Mundo”; tierra de la mágico-religiosidad. Con esa grandeza  de los dioses de estas tierras, Cabeza de Vaca, hace milagros cual nuevo Cristo. En cambio el cura Santiago, es converso a un hombre de tribu por medio de impactantes ritos en los que es obligado a participar.

 Como la historia universal lo da a comprobar la guerra por el espíritu se ganó con la fuerza del hierro. Así se impone la nueva doctrina cristiana preocupada por la “idolatría” de los indígenas, esos “buenos salvajes”, en comparación con los nada exóticos salvajes de África; ameritaban más la conversión. Los negros fueron traídos sin permiso  al “Nuevo Mundo”, sin posibilidad de conquistarlo, ni siquiera de sentirse propios de  este. Este sentir del hombre negro, en el filme “El Milagro de Candenal” (2004) del español Fernando de Trueba, es expuesto en una reflexiva conversación entre un anciano negro cubano (el músico Bebo Valdez) y un brasileño (el también músico, Carlinhos Brown), mientras observan al océano que los separa de su ancestral África. El brasileño, nativo de Salvador de Bahía (ciudad donde se desarrolla la película), se muestra concluyente al decir “esta no es nuestra tierra (América Latina), nunca lo fue”. Los africanos fueron traídos desgarrados, sin permiso, así que buscaron penetrar igualmente su cultura, en la que se les impuso.  La ciudad de Salvador de Bahía, y especialmente su barrio, El Cantonal, son la muestra de cómo en las calles de una urbe de inspiración europea los africanos fueron capaces de dejar su huella. El sitio es un ejemplo total de sincretismo cultural, reflejo de las complejidades de un continente fundado cuando no existía el espíritu de la multiculturalidad. El hombre negroide que parece estar siempre condenado  a vivir, crecer y ser alguien (en ese periodo “algo”) fuera de sus latitudes originales.” (2)



Siglos de incomprensión de las culturas y razas que formaron al continente, dejaron un mal precedente para la constitución de una región independiente. Desde los inicios de las repúblicas independientes, las sociedades latinoamericanas se han topado con una descomposición intrínseca que han arrastrado hasta la actualidad.  José Ignacio Cabrujas, al escribir  “El Pez que fuma” (1977)  película dirigida por Román Chalbaud, retrata lo más bajo de esa sociedad venezolana de los años 70. Los personajes pueden ser pobladores comunes y corrientes de este país cuyo elemento resaltante es la falta de miramientos éticos mínimos, colmados de efímeras o pasajeras alegrías y llenos de miserias todo el resto del relato. Su historia se desarrolla en un burdel ubicado en la Guaria, en ese entorno viven todas sus pasajeras alegrías y sus prolongados sufrimientos. 

Esto refleja una sociedad  sustentadas en bellaquerías y miradas al corto plazo, un grupo humano sin brújula, que no sabe que identidad posee y busca ganarla a como de lugar en una lucha desleal por el poder, donde la traición es algo continuo junto a la ambición. Como el personaje de Jairo (interpretado por Orlando Urdaneta), un joven que busca hacerse una vida y traiciona a sus dos mentores con tal de lograrlo, su meta es tomar el prostíbulo (ese sitio de lo pasajero y dudosos negocios) al seducir a su dueña “La Garza” (personificada por Hilda Vera) mujer de muchos hombres; deslumbrable por la juventud y virilidad de personajes como Jairo, igual como le pasó con su esposo Dimas, y su ex esposo Tobías (encarcelado). Es la historia de personas que tienen en mente pocas formas de ser alguien.

Si Latinoamérica desea ser “alguien” debe soldar las diferencias de su homogeneidad, su interior. De ese modo podrá comprender lo que es. No debe temer, como le recomendaban a Cabeza de Vaca “contar lo vivo, porque será tratado como loco”. En la América Latina mueren España,  los pueblos originarios,  el África  y nace, en estas tierras lienzo de múltiples imaginerías, algo más; un desaprovechado “plus” para la humanidad.


Notas:
  1.   Ysaba López, C. (2010) ARAYA: 50 AÑOS DE SU TRIUNFO EN CANNES. www.arayeros.com. Extraído el 01 de diciembre del 2012, de la página: http://www.arayeros.com/PAGINA%2050%20ANOS%20DEL%20TRIUNFO%20EN%20CANNES.htm
  2.  Segovia Moreno, A. (2012) 12 de octubre: Un encuentro en extenso. El yo ultroso. Extraído el día 05 de diciembre del 2012, de la página: http://andresegoviajournalistcritic.blogspot.com/2012/11/12-de-octubre-un-descubrimiento-en.html


 Películas incluidas en artículo:

·        -Araya (1959), director: Margot Benacerraf. Venezuela
·    -Cabeza de Vaca (1991), director: Nicolás Echeverría. México
·    -El pez que fuma (1977), director: Román Chalbaud. Venezuela
·    -El Milagro de Candenal (2004), director: Fernando de Trueba. Brasil
·    -Jericó (1991), director: Luis Alberto Lanata. Venezuela




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Entrevista: El irreverente Javier Abreu

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Todas sus notas biográficas lo presentan como un “poeta/fotógrafo valerano”,  nacido en Caracas. Con 57 años, 20 de matrimonio, dos hijos y cinco poemarios publicados; Javier Alfonso Abreu vive lo que predica… la irreverencia.

Andrés Segovia/Correo: andrulenon@hotmail.com @AndrulenonSeg

Medianamente subido de peso, con  abundantes pelos grisáceos en la cabeza y su muy característica barba, se asoma por el umbral de la puerta de su casa con clara curiosidad en la mirada, eso mientras brinda, con su grave tono de voz, la bienvenida. Este hombre moreno de fácil camaradería, cuyos vecinos tratan como el bohemio de la comunidad, anda por su sala, al igual que en la calle, con paso rápido, mas no ágil. Sus facciones enseñan  dureza,  pero sus  ojos muestras perspicacia e ingenio y sus labios están dispuestos a sonreír con cualquier chascarrillo que se le ocurra.

Con aires a taller artesanal, de esos donde abundan la madera y la pintura, en la sala de su casa hay una envidiable colección de pinturas de artistas trujillanos y de otras regiones. Son obras originales, y únicas en algunos casos, como dos cuadros obsequiados por “el hombre del anillo”, Antonio José Fernández, o amigos como Richard Terán y Eugenio Rivas, entre otros.

Próximos al ángulo de una pared, tres fotografías enmarcadas y puestas en hilera horizontal, muestran, cada una, curiosas escenas, en las cuales partes de la piel desnuda de una mujer, parecen verse delimitadas en su contorno por el sombreado extracto de un paisaje montañoso. Esos parajes son boconeses, y esos fotomontajes poseen toda la carga semántica propia de una obra poética. Como relató Yasmín Villavicencio al escribir para Abreu el segundo prólogo de su último poemario, Si pudiera volver (2011): “Javier acerca la poesía y el cuerpo, los cruza, desplazándose con interesantes matices imprecisos, con aparentes desproporciones, que suenan bajo la ilusoria incoherencia de una hermosa sonoridad atonal”.

“Tuve seis madres”

Nació en Caracas, el 15 de Agosto del año 1955. Su madre, María Juana Abreu Abreu, es definida como rebelde por su hijo, porque al ser la menor de ocho hermanas “querían que fuera maestra (como su tía Isabel, primer sostén familiar) pero ella deseaba ser enfermera”, y lo logró. Aproximadamente un año después de nacer regresan a Trujillo, sitio donde creció con sus “seis madres, mis tías”, quienes al ser distintas cada una provocaban un equilibrio de modelos, en un entorno en el que nunca se habló de “padre”. Analizándose notó que tampoco todos sus compañeros de estudio tenían un padre.

Javier Abreu está casado desde 1992, en segundo matrimonio, con Nuvia Uribe, trabajadora del área de cultura popular en la Alcaldía de Valera. Con ella tuvo un hijo (el menor) Javier Alfonso, y de su primer matrimonio concibió a Soul, el mayor. Para Abreu la familia “es la gente que tú amas, no es ni siquiera algo consanguíneo, es gente con la que convives… A la familia, la hace la relación”.

El poeta sigue una misma línea tanto con la familia, como con los amigos, y el amor es el elemento fundamental. “A un gran revolucionario lo mueven grandes sentimientos”, rememora del Che Guevara. Él puntualiza que  aunque no olvida las ofensas del pasado, tampoco éstas lo hacen sentir atormentado en el presente. Y ahora que tiene un hijo adolescente, dice que le tomó “toda la vida” comprender las preocupaciones de su madre.

Marxista desde los once

Dice haber crecido en una casa donde la figura del venezolano era personificada por Juan Bimba, del que dice haber sido fanático, hasta aprender con el estudio y experiencia que fue una “creación adeca”. No era el venezolano tradicional “que se vestía con camisas de lino y alpargatas, y no con liquilique y una sábana bajo el brazo”, sentencia así que “la democracia inventó una cultura nacional”.

 Por influencia de un primo, Freddy Caldera (comunista y seguidor de Sai baba), se acerca a la literatura marxista con sólo 11 años y asimila orientaciones pedagógicas dadas por los comunistas que le recomendaron leer, Lanzas coloradas, de Arturo Uslar Pietri ; como su primer libro nacional. “Era una manera de conocer la historia mucho más real, que leyéndose a todos los que han escrito historia hasta ahora”. También comenzó sus lecturas con Máximo Gorki, Fiódor Dostoievski, Miguel Otero Silva, entre otros; hasta llegar a “tener dolores de cabeza con (Albert) Camus”, dice entre risas.

A partir de ese período Abreu se hace ateo y cree efectivamente que “la religión es el opio de los pueblos”, e incluso, las considera parte de un imperialismo cultural que se hace notar en religiones como la católica, evangélica, mormón,… entre otras, especialmente las provenientes de Estados Unidos. “Aunque uno como que cojea con la edad. El chamo (su hijo) me hizo decir ‘¡cónchale Dios mío! ¡Que me llame!’. Hace diez años no era capaz de decirlo. ¡Gracias a dios!”, expresa pensativo, en medio de la paradoja que crearon sus emociones.

Para este vehemente comunista, el materialismo dialéctico todavía da las explicaciones que necesita para sus vivencias y entorno. Por experiencia propia, “mucho plomo que he llevado”, considera que los militares no son confiables y los toma como un estorbo en el proceso revolucionario. A pesar de eso, se refiere fervorosamente al presidente Hugo Chávez, como “el comandante”. Para él “no muchos de los que están arriba en el Estado, son de concepción socialista”. A pesar de eso, dice mantenerse “en la línea del proceso”, porque cree que “este es el único gobierno de la historia que ha dado pasos hacia adelante” en la consolidación de un socialismo, que confiesa, sus ojos nunca verán consolidar.

 Lenguaje revolucionario

Estudió primaria en la escuela Eloisa Fonseca. Luego inició una turbulenta adolescencia, entre las décadas del 60 y 70, que lo hizo estudiar secundaria  por casi diez años. Su periodo universitario también tuvo tropiezos, pasando más tiempo en la literatura, llegó hasta el octavo semestre de Sociología, en la Universidad del Zulia (LUZ), Maracaibo.

Un lamentable accidente automovilístico en 1990 que sería un punto de inflexión en su vida, lo hace regresar a Trujillo y nunca más ha vuelto a vivir fuera de ésta región.

En la desgracia, ocurrida en La Victoria, estado Aragua, fallecen las poetas Esther María Osses, panameña, cofundadora de la Escuela de Letras de la Universidad del Zulia, y Edna Medina Patrick (compañera sentimental). Esta morena zuliana de cabellera rizada, ojos oscuros y mirada brillante.  Tan pronto el poeta recupera la memoria después de los golpes recibidos, será la inspiración de los poemas que luego serán parte de su cuarta obra, Princesa de Ébano, publicada en el 2010.

Ahora Abreu se centra en la poesía y ya tiene en su haber casi una docena de poemas y ensayos breves publicados. Como fotógrafo no ha recibido más contratos con la Alcaldía de Valera, por tanto trabaja “cuando alguien lo busca”. También se prepara para asistir en Yaracuy a un taller literario sobre propuestas poéticas. Este le exige presentar un poeta no conocido. El llevará un poemario de Rafael Ramón Quevedo Infante, “El Gato Quevedo”, uno de los últimos guerrilleros venezolanos muerto, en la masacre de Yumare, en los ochenta.
 En esa década las fotografías eran su pasatiempo de estudiante. Aún lo emociona recodar que en 1988 realizó su primera exposición individual “La locura de los cuerpos”, durante el VII Festival Internacional de Teatro, en Valera.

Al año siguiente publicó su primer poemario, Conversas con escusa (1989)… y sí, es escusa y no excusa. Todo hecho con un propósito innovador, la irreverencia misma con la vive su vida, está en su poesía.

No es juego su insistencia en la irreverencia. Inspirado por el poeta y dramaturgo ruso Vladimir Maiakovski (1893- 1930) va en contra de academicismos, pero reconoce que “para poder romper las reglas hay que conocerlas y dominarlas primero”. Sus poemas, e incluso textos en prosa, transgreden las normas gramaticales. Los párrafos pueden verse diagramados de modos diversos (en formas de escalera, triángulos, entre otros) pueden empezar en minúscula y hasta llegar a prescindir de las comas y puntos, provocando perplejidad en el lector. Todo esto tiene un fin que él llama, tanto en la poesía, como en la fotografía (con sus fotomontajes),“la irreverencia en las técnicas”.

Su poética está empañada de reflexiones de carácter global centradas en experiencias de profundo impacto sentimental. “Mi poesía –sustenta- es intimista y lo revolucionario esta en el lenguaje”. Afirma que  “los detalles son revolucionarios”, como esos puntos, o esas comas desaparecidas, o también ese paisaje trujillano oculto en los bordes de la mujer desnuda de aquel cuadro en la sala de su casa; todas esas son pequeñas irreverencias que con cada expresión, de cualquier tipo, son para Javier Abreu una acción revolucionaria.

 “Como a mí me gusta”
Abreu no oculta sus aspiraciones, una es “volver a fotografiar Valera y retratar las cosas feas” como denuncia. También tiene el deseo de montar una sala de edición audiovisual, así como el poder editar y completar  todo un inventario de toda su poesía  inédita. Entre sus sueños entra “un picadero”,  sitio donde la gente va a comer cosas rápidas sin que sea un restaurante, todo mientras conversan  y oyen música de  Creedence Clearwater Revival o Bob Dylan, “como la que a mí me gusta” aclara.







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